Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para ingresar en el bello y maravilloso mundo del saber (Albert Einstein).
En mi caso nunca lo tomé como una obligación sino como un desafío y ¡vaya que lo fue para llegar a Ingeniería! .
¿Cómo estudiás y hacés los ejercicios de Matemática, Administración de Costos y Contabilidad cuando tus manos no pueden sostener un lápiz y borrador?.
¿Cómo desarrollás la teoría cuando es imposible que escribas con un bolígrafo ya que los dedos están inmóviles como el 90% de tu cuerpo?.
Ahí tuve profesores entendiendo mi situación “peculiar” dejándome rendir con una persona que me prestaba la movilidad de sus manos mientras yo le dictaba las respuestas o desarrollaba los problemas y con un tutor que observaba atentamente todo.
Porque debía estudiar, aprender y equivocarme como todos mis demás compañeros. Esos mismos que cargaban mi mochila o sostenían mi computadora mientras bajaba las rampas o ascensores de la universidad.
A un día, a eso estamos de recibir el título mi familia, mis amigos, los profesores, tutores, personal administrativo, del call center, los guardias de seguridad, el personal de limpieza y las máximas autoridades de la que fue mi casa de estudios todos éstos años: mi querida Universidad Americana.