Un día triste por el anhelo y el permanente recuerdo de un ser querido que me dejó para siempre en esta fecha. Mientras los años pasan, y el transcurrir de la vida se hace presente día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto, mi recuerdo hacia vos permanece constante en todos y cada uno de los momentos que pasean por mi vida. Es lindo mirar al cielo y saber que vos estás ahí, tan cerca pero tan lejos, tan presente pero tan inalcanzable. Quisiera estrechar mis brazos y sentirte –como ahora te siento– en lo más profundo de mi corazón, creyendo que estás aquí, conmigo, pero despierto de nuevo y todo vuelve a ser un sueño.
Cuando la soledad envuelve mi alma se convierte a veces en amiga y compañera de mis penas. Hoy siento que es un día triste, como el mismo que hace años te hizo marchar al lugar donde sólo las personas con un corazón tan grande como el tuyo acuden para siempre. Tu luz guía mis pasos en los instantes de desamparo y tristeza. La realidad es que quiero tenerte junto a mí para sentirte cerca para poder escuchar de tu boca una simple palabra de aliento, una broma…
Alzo, cada día, mi mirada al cielo y le pido a Dios que te devuelva acà un ratito para poder decirte así todo lo que cuando te fuiste no tuve ocasión de hacerlo. Aún teniendo claro que me escuchàs y ves desde el cielo, siento rabia por lo que pude decirte y no dije, por lo que pude hacer por vos y no hice…
Un montón de sensaciones y sentimientos que sólo el paso del tiempo puede borrar pero aún sigo recordando y sintiendo tu cariño y amistad como hasta ese día en el que prestaste para siempre tu alma al Reino de la luz para perseverar allí, en el lugar más bello, con tu gracia y alegría.
Cada soplo en que recuerdo tus ojos llenos de picardía se convierte en un mar esperanzador. Espero que cuando sea el momento, pueda abrir mi corazón hacia vos, estrecharte con mi alma y tenerte tan cerca que pueda sentir el más grande, puro y eterno cariño que me diste en vida.
Todo el que después de tanto tiempo desde que te fuiste y te volviste eterno, sigo sintiendo por vos mi querido amigo Diego Rafael Baéz Cabrera.